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32nd Translation Contest: "Movie night" » Spanish to Portuguese (EU) » Entry by Arcelino Monteiro


Source text in Spanish

Translation by Arcelino Monteiro (#36923) — Winner

Robocop (Paul Verhoeven, 1987) se ha convertido en un auténtico clásico de culto, a pesar de que, en su momento, nadie apostó por el guión escrito por Edward Neumeier y Michael Miner. Se paseó de productora en productora sin despertar el mínimo interés; nadie encontraba la gracia en una historia en apariencia ridícula, pero que escondía en su interior toneladas de crítica descarnada hacia el sistema neoliberal imperante en la era Reagan. Tuvo que ser otro amigo de polémicas el que llevara a la pantalla el ácido relato en 1987; Paul Verhoeven construía una película repleta de ultraviolencia explícita, espejo de una sociedad decadente en manos de ejecutivos sin escrúpulos. Por supuesto, con poco que se compare el resultado de Robocop con el Batman crepuscular de El retorno del Caballero Oscuro, los puntos en común de ambos universos son evidentes. El humor negro, el contexto del futuro cercano convertido en una especie de jungla urbana, las guerras de bandas y el uso demencial de los medios de comunicación y la publicidad, integrados como parte esencial del relato, hacen sospechar que Neumeier y Miner se habían empapado bien de la obra de Miller.

El éxito de Robocop propició la aparición de la consabida secuela. Para la ocasión, los productores decidieron acudir al barro primordial en el que se gestó la base de la primera parte, y contrataron a Frank Miller como guionista de Robocop 2 (Irvin Kershner, 1990). Si había alguien conectado a este relato ciberpunk y sus connotaciones críticas, era el tipo que impresionó al mundo con las mismas armas que los responsables de la franquicia querían explotar.

Pronto empezaron los problemas. Verhoeven queda fuera del proyecto, aunque los fans de la franquicia aplauden la llegada de Irvin Kershner (director de El Imperio Contraataca) como director de la secuela. Al leer el guión propuesto por Miller, tanto Kersner como los productores declararon que lo que Miller había escrito era imposible de filmar. El libreto sufre una reescritura por parte de Walon Green, mutilando las ideas de Miller. La película resultó un fracaso comercial en su estreno cinematográfico, pero el mercado del vídeo casero salvó los muebles, e incluso animó a la productora a la realización de una nueva secuela.
“RoboCop” (de Paul Verhoeven, 1987) tornou-se um verdadeiro clássico de culto, apesar de, na altura, ninguém ter apostado no argumento escrito por Edward Neumeier e Michael Miner. Passou de produtora em produtora sem despertar o menor interesse; ninguém conseguia achar graça a uma história aparentemente ridícula, mas que escondia em si toneladas de críticas contundentes ao sistema neoliberal vigente na era de Reagan. Foi preciso outro amigo da polémica para levar o conto ácido para o ecrã em 1987; Paul Verhoeven criara um filme cheio de ultraviolência explícita, espelho de uma sociedade decadente nas mãos de executivos sem escrúpulos. Claro que, se compararmos o resultado de “RoboCop” com o Batman crepuscular de “O Cavaleiro das Trevas”, os pontos em comum entre ambos os universos são óbvios. O humor negro, o contexto de futuro próximo transformado numa espécie de selva urbana, as guerras de gangues e o uso insano dos media e da publicidade, integrados como parte essencial da história, levam-nos a suspeitar que Neumeier e Miner haviam sido bem inspirados pela obra de Miller.

O sucesso de “RoboCop” levou a uma sequela. Para a ocasião, os produtores decidiram recorrer ao barro primordial sobre o qual foi construída a base da primeira parte, e contrataram Frank Miller como argumentista de “RoboCop 2” (de Irvin Kershner, 1990). Se havia alguém ligado a este conto cyberpunk e às suas conotações, era o tipo que impressionou o mundo com as mesmas armas que os criadores do franchise queriam explorar.

Os problemas começaram rapidamente. Verhoeven abandonou o projeto, embora os fãs do franchise aplaudissem a chegada de Irvin Kershner (realizador de “O Império Contra-Ataca”) como realizador da sequela. Ao lerem o guião proposto por Miller, tanto Kershner como os produtores declararam que o que Miller havia escrito era impossível de filmar. O guião foi reescrito por Walon Green, mutilando as ideias de Miller. O filme foi um fracasso comercial na sua estreia nas salas de cinema, mas o mercado de vídeo doméstico salvou o filme e até encorajou a produtora a fazer uma nova sequela.


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